"Cuando medites, debes soltar la forma. Alcanza la quietud, pero no hagas caso de la mente. Dirige la luz hacia dentro y deja que la naturaleza original entre en el palacio de la vida. De esta forma cultivarás simultáneamente la naturaleza original y la vida.
Cuando se arraiga la verdadera quietud, el movimiento comienza. No se trata de intención consciente o de actividad mental, sino del movimiento del vapor en el dantian.
Las personas ordinarias no conocen el método de cultivo y refinamiento de la vida. Así, cuando tiene lugar el movimiento, la mente se agita y la fuerza de la vida fluye hacia fuera sin ningún control. Mencio lo definió como: La emoción que hace surgir la intención.
Siguiendo el camino de los mortales, los hombres y las mujeres usan la energía de la vida para procrear. Mientras las demás formas de vida sólo gastan energía en procrear, los humanos la usan por placer. El Buda esperó en la quietud a que se agitara el movimiento de la fuerza de la vida y usó el fuego para refinarlo y el viento para ventilarlo antes de que se excitara la mente.
Esta es la clave de la transformación de lo ordinario en sagrado. Todo gira en torno al secreto del movimiento en el sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario."
Cultivando la energía de la vida. Liu Hua-Yang. Traducción de Eva Wong. Arcano Books. +info
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